domingo, 4 de agosto de 2013

Within me

Ese miedo irrefrenable a perderte. A que un día ya no estés ni contestes a mis llamadas o a cualquier forma de comunicación actual. A no verte más, a saber que no voy a escuchar tu risa otra vez.

Miedo a olvidar lo perfecto que es todo. A perder lo mejor que tengo. A recordar tu número de teléfono aunque no lo tenga apuntado, a seguir sabiéndome tu dirección. A que nos dejemos y no pueda darte un último abrazo. A tener que desearte buena suerte en la vida porque ya no haya un hueco para mí en la tuya. A que cambies lo que no te convence de tu día a día y yo no esté para disfrutar tu felicidad. A recordarnos cuando vea o visite Madrid. A odiar Madrid.

Miedo a ser incapaz de rememorar nuestro último beso porque haga de él dos semanas. A oler tu colonia y que una bofetada de recuerdos me dé en la cara. A despertarme una mañana y no acordarme de tu cara, de tu voz. A tener en una balanza el dolor y la felicidad y que ésta última flote por encima del daño. A irme y llevarme conmigo tus lágrimas y tristezas. A marcharme de tu vida y que tus sonrisas sean como la constante k en una función. Miedo a que el problema siempre haya llevado mi nombre por bandera.
 
Miedo a que, algún día, leer esto sólo me cuente verdades. Miedo a olvidar. Miedo a que dejes de quererme. Miedo a hacerlo yo.

3 comentarios:

  1. El miedo es sólo un estado mental que muchas veces nos ayuda a escapar de los peligros. En este caso, de aquellos errores que puedan hacer que una histori se pierda en la memoria o naufrague.

    Es bueno tener miedo, pero peligroso obsesionarse con él.

    Cuídate.

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  2. Alguien dijo una vez que el miedo es un fantasma atroz que puede llegar a dominarnos. Hoy día se ganan más guerras con el miedo que con las balas.

    Supongo que nada está escrito y que todo es posible que suceda pero si no ha sucedido ¿por qué preocuparse? ¿por qué ponerse la tirita si todavía no hay herida?

    Si una relación funciona es cosa de dos pero ¿si fracasa es cosa de uno? Creo que eso no es así, el fracaso también es cosa de dos y ambos deberían sentirse igual de culpables o ni siquiera sentir culpa (se intentó, lástima que no funcionó, al menos se tuvo la oportunidad de vivirlo).

    Si algo da da miedo y nos pone nerviosos es porque es importante, en caso contrario nos darían igual las pérdidas. Por ese lado sentir miedo es un indicativo de que todo marcha bien, por otro no podemos dejar que el miedo nos domine o todo acabará destruido. Nuestros propios miedos son capaces de destrozar lo indestructible, hay que andarse con ojo.

    Salud.

    Tuco.

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  3. Hola soy el nuevo troll de tu blog. A partir de ahora vendré a reventarte cada nueva entrada. Esta en concreto es el colmo de la tonterida jumana.

    Hale, que te pete un mono con síficiles.

    Otso.

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