lunes, 4 de agosto de 2014

Cómo dejar de ser un triste

A ver. Como toda persona medio decente, servidora no se alegra de la desgracia ajena. Incluso cuando no la hay pero lo fingen. Aunque tampoco me importaría que algunos se quedaran con el diablo en la botella de Robert Louis Stevenson... Muchos lo conoceréis por Dr Jekyll and Mr Hyde, y eso ya sería mucho pedir. No me liéis que yo no tengo maldad, hombre (pero la botella la vendería por un centavo).

Vayamos al tema. Sé que lo sois, no me lo neguéis pequeños. DEJAD DE SER UNOS PUÑETEROS DERROTISTAS. Oh, vamos. Descolgáos esa sonrisa triste que lleváis puesta en automático y enseñad la verdadera, joder. ¿No os gusta cómo tenéis los colmillos hacia delante? ¿El abismo que separa vuestras paletas? Ah, espera, ya lo tengo. Lo mucho que se os ve la encía. ¿Es eso? Por favor. ¿No os cansáis de esa actitud en la que todo lo veis como una gran mierda? Tampoco os voy a mentir, en muchos casos lo es. Una enfermedad que te recluye durante meses en un hospital, una pérdida inminente, que el novio te ha dejado por una con más tetas y que las uñas se te han estropeado. Una auténtica tragedia. Ya quisiera Shakespeare haber escrito sobre las medias que se corren cuando estás a punto de salir un sábado noche a matar las pocas neuronas que dejaste vivas cuando el amor de tu vida te dejó por una rubia con un cociente intelectual (CI) bastante preocupante. Uf. Duele y cansa escribir sin pausas. ¿Cómo puñetas lo hacía Joyce en esas 60 eternas páginas de Ulises?

Gran inciso. Está permitido estar triste pero no ser un triste. Estoy segura de que los nativos entendemos esta diferencia aunque nos cueste explicarla. Triste se puede ser de mil formas pero para eso están los blogs de derrotistas profesionales. No dejaré enlace para que mis colegas no se ofendan. Esto también lo hago por ellos, para que se piquen y cambien el chip... A lo que iba. Se puede estar triste leyendo un libro de poemas, escribiendo historias que animan a cortarse las venas (en este mismo blog no te costará dar con una de esas). Pero yo misma me he dado cuenta de una cosa. Se puede estar tristón escuchando canciones con letras tristes aunque camufladas. Dejad a Andrés Suárez y pasáos a la música movidita, coño. Probad con esta: MUSICOTE ANTI-DERROTISTAS

Séquense las lágrimas, pequeños gran derrotistas. Que la vida es bonita y hay que dar gracias a cómo estamos y lo que tenemos. Y no, no soy forofa de la Biblia aunque ponga eso en mi cartilla bautismal. Tenéis que espabilar y salir del maldito bucle de tristeza en el que vosotros solitos os habéis metido después de crearlo. Se puede salir, de verdad. Os lo prometo. Basta con dejar de repetiros a vosotros mismos SOY UN PUTO FRACASADO Y NADIE ME QUIERE. Joder, si os tuviera cerca os molía a palos. Yo misma escribo esto para "un puto fracasado y que nadie quiere" (lo único cierto en esa frase es que no le quiero pero ni de lejos). ¿Sabéis lo que a veces pienso? Es que cuando la cosa no me cuadra, pienso en honor a la rubia del CI en peligro de extinción. Creo que los tristes/derrotistas/friendzoners/pringaos son completamente conscientes de su situación. Saben lo buenos que son haciendo lo que se les da bien, saben que los queremos (me remito a la aclaración anterior, esto sólo es un plural de cortesía). Sólo quieren la palmadita del día en la espalda y dar pena. ¿Acaso hay sentimiento más sucio que ese? A mí no me la dan. Yo les digo: 

ESPABILAD. SED FELICES, SONREÍD. VIVID BIEN MIENTRAS TENGÁIS LOS INSTRUMENTOS PARA ELLO, PORQUE NO ESTARÁN AHÍ SIEMPRE. HACED COSAS DE PERSONA FELIZ HASTA QUE LO SEÁIS. JODER. Si queréis algo, COGEDLO. Si queréis a alguien, DEMOSTRADLO. La teoría está tirada si de verdad queréis cambiar, pequeños míos...

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