viernes, 15 de julio de 2011

Me equivocaría otra vez

Estoy en mi habitación, escuchando a un grupo de universitarios, una tuna, tocar y cantar con sus graves y bonitas voces en la calle. Me siento inspirada por sus letras. Acaban la canción y toda la terraza repleta de personas cenando les aplaude. Espero que se queden un par de temas más. Son muy agradables de escuchar y además, simpáticos.

Bueno, voy a lo que voy. Me estoy dando cuenta de que soy algo posesiva con quien me gusta. Vaya una mierda. No puedo dejar de entrar y salir varias veces del sistema de mensajes instantáneos para llamar la atención de esa persona. Bah, no sé porque sigo pensando en él, en el fondo no me gusta como algo más que un buen amigo. Supongo que la atracción es poderosa, la forma en la que me acaricia la mejilla es para derretirse y poner su mano en mi rodilla mientras me mira fijamente a los ojos acarrea sus respectivos efectos secundarios.

A este paso cuando tenga el medio siglo encima de mis hombros, voy a ser una viejita controladora de la vida de los demás, una maruja y una insoportable de cojones. Con lo dulce que era en mi infancia. Supongo que el saber las cosas te va quitando el azúcar que te queda.

A todo esto. Hace bastante tiempo me hice una cuenta de correo en un grupo de páginas. Esas que están de moda entre frikis y no tan frikis, en las que se cuentan desgracias de tu vida o cosas que querías decir a tal persona y demás. Mi nick en la página era un fragmento de una canción, que de hecho no me convencía nada hasta ahora. Un día de lo más normal decidí seguir a un usuario porque me gusta cómo se expresa, es ingenioso. Si me consiguen sacar la sonrisa, me tienen ganada. No me lo esperaba y cruzó la puerta sin preguntar si podía pasar.

Madre mía, a duras penas puedo hablar de él pero ya está metido en mi blog. Me gustan sus aires de misterio, esas frases de canciones del grupo que nos pirra a los dos, las que más nos gustan, al final de cada mensaje.
Me encanta cómo escribe en su blog, pero me abstengo de seguirle por si me descubre y se cree que estoy obsesionada o loca, en el peor de los casos. Algo me dice que es buena persona y mejor amigo, ojalá no la cague.

Acabo este post narrando lo que me pasó esta tarde. Conociéndome, me he pasado desde entonces mucho tiempo escuchando canciones del grupo que antes os decía y he ampliado mi temario. Estaba en la tienda de siempre para hacer unos recados cuando escuché el comienzo de la canción con la que empezó a hablarme, una canción decisiva diría yo. Cuál fue mi sorpresa al pillarme a mí misma sonriendo al escuchar en la radio si quería bailar con él. Y yo bailaría con él, pero es que estoy sorda de un pie.

3 comentarios:

  1. Hola, ya he visto tu comentario, ya puedes seguirme, perdona por las molestias. Un besito.

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  2. A veces se conoce gente muy hermosa en las redes. Gente que llega a ser uña y carne y que entran así de repente en tu vida.

    Creo que es una de las grandes ventajas de internet, acerca a gente que de otro modo no conocerías nunca.

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    1. Véase tú como ejemplo. Me ha gustado mucho que dieses conmigo, no porque se pueda pensar que me regalas los oídos (entre la crítica destructiva y la constructiva, casi que me gusta más la destructiva), sino por cómo te explicas, la mesura con la que hablas y tu forma de escribir en "Utopías en días rojos".

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