miércoles, 3 de septiembre de 2014

El error es ser dos

"Ya lo ha hecho antes. Lo asombroso es que no le dé miedo volver a hacerlo.
Cuando nos enamoramos por primera vez, no sabemos nada.
Arriesgamos mucho menos que cuando decidimos volver a querer.
La sensación de enamorarse por primera vez es increíble.
Pero la sensación de estar en tierra firme con una persona que me sostiene, me ancla,
y saber que yo hago lo mismo por ella, es incluso mejor".


Me miré en el espejo como lo habría hecho cinco meses atrás y entristecí. Me puse la camisa de flores que no te gustaba y que nunca me puse aquel verano. Al coger los vaqueros recordé cómo me los arrancaste con las ansias de probar y encontrar dentro lo que muchas fingen llevar por fuera: inocencia. Parece que fue ayer cuando volví del viaje y, sin embargo, fue hace un año. Ahora me doy cuenta de que empujaba un muro que llevaba tiempo derrumbado, que seguía luchando en una guerra que ya gané.
Me miré de nuevo en el espejo con otra mirada y sonreí. Esa camisa de flores la llevé cuando me dijo por primera vez que me quería. Y la última vez que me puse esos vaqueros acabamos con la ropa mojada, llena de césped y tierra por las locuras que sólo hacemos cuando somos uno en lugar de dos.

Cuando escribo se me da bien hacer que aún sufro por el pasado, pero al pasado se le da mejor creérselo. Entre nosotros nunca hubo secretos y esto no iba a ser menos. Cada tarde beso otros labios. Entonces sueño que vuelvo a caer en tus brazos y al despertar me deseo no haberte conocido... Pero él siempre sabe cómo llevarme y qué decir: "amar por primera vez es único e irrepetible; volver a amar implica más sentimientos y mucho más valor, y nosotros lo tenemos todo de nuestra parte". Y ahí es cuando sé que no me voy a equivocar otra vez porque él no es ningún error.

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