La carne es débil. Y yo he vuelto a tropezar con la misma piedra. Todo empezó esta tarde con una pregunta: ¿Estás enamorada?
Lo cierto y verdad es que no, pero sí que lo estuve. La nube en la que vivía por aquél entonces se desmoronó la mañana de un tal 28 de mayo de 2011. No hizo falta nada más que una imagen. Un beso. Y todo mi mundo se vino abajo.
Ahora que lo preguntan, no sé si lo tengo superado; todavía me duele. Fueron dos años de sentimientos intensos que alguien tiene que enseñarme a olvidar.
De aquello ha pasado año y medio. Parece que fue hace más tiempo cuando buscaba y era buscada por una mirada de ojos azules verdosos. Cuando pasaba los miércoles a las ocho de la tarde por su calle, pese a que me venía mejor coger la paralela. Me pregunto qué será de él. Si está bien, si piensa en mí. Si alguna vez lo hizo.
Revolotean mariposas por mi estómago mientras recuerdo los sentimientos que sólo una vez he experimentado. Quiero volver a sentirme así. Quiero levantarme por las mañanas con una sonrisa o, al menos, con un motivo con el que sea capaz de vencer a las sábanas. Quiero dar a alguien todo lo que se necesita para destruirme.
Basta ya de simulacros, quiero algo real.
Bueno, dicen que el amor está en el aire y que se debe tener cuidado porque se puede pillar. A veces sin saber porqué nos enamoramos como sólo se enamoran los locos y eso de repente, con un gesto o una mala situación se desvanece para siempre.
ResponderEliminarHay un capítulo en How I meet your mother que resume muy bien ese momento, de repente oyes un crujido como de cristales y lo que veías como lo mejor del mundo de repente se convierte en una condena...
Pero algún día los cristales se recomponen y quién sabe, quizás sea para no romperse nunca más.
Quiero picarme a la serie este verano. Fecha en la que me pondré a leer todas las entradas de tu blog, que son muchas y no tengo tiempo para hacerte algo parecido a esto (este tipo de cosas me gusta empezarlas y acabarlas en el mismo momento). Sabes bastantillo de mí pero yo sé poquito de ti… :(
EliminarCon las cosas del corazón hay que tener cuidado. Me remito a lo que hablamos de “ensuciar” una relación.