jueves, 27 de diciembre de 2012

Léeme, esto va para ti

De repente siento que tengo que escribir muchas cosas pero, a la hora de hacerlo, todo se reduce a la nada. Es difícil cuando imaginas algo que no puede ser real. Cierto eso que dicen de que cuanto más duro es conseguir algo, más lo quieres. Sólo te dejé ir, pensaba que hacía lo correcto. Si alguien te importa lo suficiente, déjalo marchar. Esa fue nuestra decisión, de la que hoy me arrepiento.

Mírame. Aquí estoy, echándote de menos y odiándote al mismo tiempo ¿Cómo lo haces para que sienta esta ambigüedad constante? Tenías más poder sobre mí del que yo me quise creer.

Las luces del día empiezan a difuminarse mientras te escribo esto, que espero algún día leas y te sientas identificado con estas palabras que te dedico, que veas que son para ti aunque no todo te encaje. Es mi forma de ocultar la verdad y no gritar a los cuatro vientos que tengo miedo a perderte de nuevo, si consiguiera recuperarte.

No puedo seguir con esta duda de no saber cómo estás, no puedo si todo lo que me rodea tiene tu esencia y te recuerda. Te imagino por las calles, borrando todo rastro que haya podido dejar en tu vida.

Tengo cosas que agradecerte. El que me hayas llevado a ese lugar, el que me hayas hecho conocer a gente maravillosa con la que, de no ser por ti, nunca hubiera coincidido. Gracias por hacerlo posible.

No hace ni un día que leí unas palabras tuyas que me hicieron enrojecer. No sabía qué pensar: si hacerme a la idea de que eran para mí o no. Decidí ir a lo fácil y obvio: decantarme por la segunda opción.

Lo único que quiero es pasar página. Quiero volver a caminar por las calles de esta ciudad sin buscar tus rasgos entre la multitud. Saber que nunca me cruzaré contigo si no quisieras darme una señal. Estar segura de que el sentimiento que me aprisiona cuando te pienso desaparecerá.

Bájame de esta montaña rusa, por favor.

2 comentarios:

  1. Al final se pasa página sin que uno se de cuenta. Suele ser cuando llega una historia con mejor argumento y por supuesto mejor final.

    Entonces recuerdas los tiempos que pasaron con una sonrisa y con la certeza de que te sirvieron para aprender. De todo se aprende.

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